
Hay almas que pasan la vida sumidas en un profundo sueño del que no pueden despertar. A veces, sin embargo, no desean hacerlo.
—Savannah querida, al fin te decidiste a venir después de tanto tiempo. Hemos cuidado de tu madre, pero nadie puede sustituir a una hija. ¿Verdad? —dijo la más alta de las ancianas. Seguir leyendo «El alma dormida»