Winter Wonderland[1]
Desde que Charles Dickens escribiera A Christmas Carol, la imagen de la Navidad septentrional ha conquistado el mundo. Paseos en trineo a través de paisajes invernales de maravilla, ponche caliente para combatir el frío y villancicos. Sobre todo villancicos. Y si el cantante es Bing Crosby, mejor que mejor. ¿Quién no pagaría una montaña de diamantes a cambio de rodearse de semejantes Navidades? A no ser que seas un elfo y te toque trabajar, claro.
El comandante del jet presidencial anunció que en Santa Town[2] hacía un típico día invernal, nublado y con temperatura de cuatro grados, aunque no se esperaban nuevas nevadas. Parson, que empezaba a salir del efecto de los sedantes, pensó que el piloto se hacía el gracioso.
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