ENTRE BASTIDORES. OBRA EN UN SOLO ACTO.
Acto I
Aún a riesgo de repetirme, os presento esta innovación; si microdrama, o microtragedia, decididlo vosotros. No puedo dároslo todo masticadito. Ah, y permaneced atentos a vuestra Entrada.
INTERIOR. ESTANCIA EN PENUMBRA – HORA INDEFINIDA
Cuerdas penden del techo; tablones y sillas apilados en un rincón; expositor con vestuario multicolor. En el centro hay una mesa con un quinqué encendido y un casco de acero. Una MUJER (40 años) con gabardina sentada a la mesa; examina un fajo de hojas y hace anotaciones de vez en cuando. Por el lateral izquierdo entra un HOMBRE (50 años), también con gabardina y un legajo bajo el brazo. Se detiene con brusquedad al ver a la mujer.
HOMBRE
(sorprendido)
Hola. Me dijeron que podía esperar aquí.
MUJER
(sin levantar la mirada de los papeles)
Y puedes hacerlo.
(señala hacia las sillas del rincón)
Me temo que no hay mucha luz. ¿Oíste hablar alguna vez de una avería como esta?
El hombre no hace movimiento alguno.
HOMBRE
(tarda en responder)
No.
MUJER
(parece hablar para sí, pero ya no anota y mira de reojo al hombre)
No consigo hacerme con mi personaje. Resulta agotador tener que leer estos papeles. No me acostumbro.
El hombre duda, pero finalmente coloca una silla y se sienta aparte, con el legajo sobre las rodillas y los ojos fijos en la mujer.
HOMBRE
No será necesario que te acostumbres.
MUJER
(lo mira por primera vez)
¿Crees que es una avería temporal? Se rumorea que esto tenía que pasar, que el sistema está corrompido, con defectos estructurales o algo así.
HOMBRE
(aparta la mirada y pasa los papeles con rapidez)
Lo que importa es que se hace tarde. Pronto nos llamarán.
La mujer se muerde el labio y no le quita ojo.
MUJER
¿Nos conocemos? Ya sé que no debería preguntarlo, pero es todo tan extraordinario, me refiero a lo de la avería, que estemos aquí juntos. ¿No se te va a ti también la cabeza?
HOMBRE
Tu pregunta no tiene sentido. ¿Por qué razón íbamos a poder recordar ahora?
MUJER
(con sonrisa soñadora)
Lo sé, pero ¿te imaginas que pudiéramos?
HOMBRE
No sabes lo que pides. Recordar sería contraproducente. No nos ayudaría a desempeñar nuestros papeles. Lo haría todo más difícil. El tedio sería insoportable. Se perdería la frescura, la espontaneidad, el vértigo de la primera vez. Lo sabes igual que yo, igual que todos.
MUJER
(desanimada)
Tienes razón. No sé qué me ha pasado. Es que por un momento me pareció que te conocía. Qué locura ¿verdad? Ojalá que esta avería se solucione, que las cosas vuelvan a ser como antes, sin tener que esperar aquí, sin estos papeles. Así no tendrías que perder el tiempo hablando conmigo.
Ambos giran la cabeza hacia el lado derecho de la escena, como si oyeran algo.
HOMBRE
(conciliador)
Lamento haber sido tan grosero. En realidad hace mucho que no me documento, ni ensayo, y mucho menos con este sucedáneo que nos han entregado después de la avería.
(dice señalando el fajo de hojas en su regazo).
No quiero que nada me prive del placer de la improvisación.
Vuelven a girarse hacia la derecha.
MUJER
(sonriendo de nuevo)
Improvisar. Tal vez lo pruebe. Ahora debo irme. Es mi Entrada.
La mujer se levanta y se quita la gabardina. Debajo viste uniforme militar. Se coloca el casco y parece no decidirse a salir de escena.
HOMBRE
(sonríe por primera vez)
Vaya, es un casco Brodie. Te envidio, los bombardeos de Londres de la Segunda Guerra Mundial son uno de mis escenarios favoritos.
MUJER
(abriendo mucho la boca)
Entonces, sí que te acuerdas.
Ambos se miran, inician el gesto de aproximarse el uno al otro.
CORO DE VOCES MASCULINAS Y FEMENINAS
(gran estruendo)
¡INCIDENCIA SOLUCIONADA! ¡INCIDENCIA SOLUCIONADA! TODOS LOS SISTEMAS RETOMARÁN EL FUNCIONAMIENTO HABITUAL DE FORMA INMINENTE. ROGAMOS ATIENDAN A SUS ENTRADAS.
MUJER
(resignada)
Te deseo mucha suerte.
La mujer se gira y sale de la escena por el lado derecho.
HOMBRE
Mucha mierda para ti también. Hasta la próxima avería.
APAGÓN (BLACK-OUT)
El telón cae con celeridad y oculta por completo el escenario.
Fin de
Entre bastidores
Un regalo final; bueno, dos. Uno es un lamento y el otro un grito de rebeldía, y quizás también de esperanza. Ambos de escritores magistrales. Que cada cual elija el que prefiera.
“El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. ¿Pero qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? ”
KUNDERA, Milan. La insoportable levedad del ser.
“Dicen que no hay nada nuevo bajo el sol. Pero si cada vida no es nueva, cada vida individual, entonces ¿para qué nacemos?”
LE GUIN, Úrsula K. Los desposeídos.
Qué deliciosa lectura he tenido. Gracias por compartirla.
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