Santa Claus is coming to town. Parte I

Santa Claus is coming to town. Parte I

Santa Claus viene a la ciudad 1

Con este relato hago una excepción. Se extendió más allá de mi control, obligándome a desarrollarlo y alargarlo. Pensé en no publicarlo aquí, pero varios amigos me han insistido tanto –Dios bendiga a los amigos incondicionales– que finalmente he decidido dividirla en tres partes. Os pido disculpas a todos por ello. La historia tiene un inicio enternecedor: un reencuentro familiar el día de Nochebuena. Pero las cosas resultan algo más complicadas. De hecho, cualquier otro en su lugar habría pensado que todo era un sueño truculento. Frank tiene muchas preguntas por hacer, aunque tal vez las respuestas tengan que esperar, quién sabe si para siempre.  Seguir leyendo «Santa Claus is coming to town. Parte I»

GOOD KING WENCESLAS. El buen rey Wenceslao (nota 1).

Quinta entrega de las Crónicas del Grinch. El millonario Charles W. Hillock está aburrido de ganar dinero y quiere probar a ser presidente de los Estados Unidos de América. La casta política no se lo está poniendo fácil. Para conseguir su objetivo, ultima un plan perfecto, o casi.  Seguir leyendo «GOOD KING WENCESLAS. El buen rey Wenceslao (nota 1).»

White Christmas

El cuarto relato de la Crónica del Grinch. Jack es un alma sensible, pero sufre la mala influencia de Lloyd. Jack ha querido siempre viajar, pintar cuadros, ser escritor, pero Lloyd dice conocerlo de verdad, y saber que nunca llegará a nada. Tal vez tenga razón. Jack acaba de conocer a una chica, y Lloyd no está de acuerdo. Yo creo que Jack tiene alma de poeta.  Seguir leyendo «White Christmas»

I’ll Be Home for Christmas

Aquí llega la tercera entrega de Crónicas del Grinch. John es hijo de una antigua e influyente familia de Nueva Inglaterra, pero no mantiene una buena relación y hace tiempo que no los visita. Para reconciliarse, y de paso solucionar unos asuntos, este año ha decidido asistir a la comida del día de Navidad con su novia Catherine. Promete ser una comida extraordinaria. Seguir leyendo «I’ll Be Home for Christmas»

Jingle Bell Rock

Este es el segundo relato de la saga Crónicas del Grinch. Mi intención es que todos ronden las mil palabras. Un ejecutivo agresivo llega la tarde de Nochebuena a un pueblo perdido más allá del muro de Adriano. Desprecia la Navidad y lo que representa, y cree tenerlo todo bajo control, aunque tal vez no esté tan lejos de su Galicia natal como le gustaría pensar. Seguir leyendo «Jingle Bell Rock»

CRÓNICAS DEL GRINCH. Una Navidad transgresora.

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Hola a todo el mundo.

Ha pasado un año desde la última vez que escribí en el blog. ¿Qué ha pasado desde entonces? Pues la vida, claro, como a todos. Este año hemos viajado mucho mi mujercita y yo, y he escrito mucho, aunque no de relatos para publicar aquí. Ya sabéis, para concursos y publicación. Hay algunas cosas pendientes de fallo y de respuesta de editoriales, pero seré sincero: no creo que salga nada positivo, en cuanto a premios, de todo eso. La respuesta no es ninguna conspiración ni amaños en los concursos, ni falta de olfato de las editoriales. Me temo que es mucho menos halagüeña: no escribo lo bastante bien, y seguramente los temas de mis relatos no interesan.

Dejemos esas cosas a un lado y hablemos de este proyecto: Crónicas del Grinch 2017. Se trata de una serie de relatos sin relación entre ellos salvo que hacen referencia a la Navidad, pero desde un punto de vista transgresor. Pretendo escribirlos como ejercicios diarios, preferiblemente antes de dormir, con poca o ninguna edición. Ya veremos cómo resulta. Así que intentaré sacar al Grinch transgresor que todos llevamos dentro. Espero que os entretengan.

PS: creo necesaria una aclaración. ADORO LA NAVIDAD, pero me apetecía contemplarla con otra mirada. FELIZ NAVIDAD A TODOS. MERRY CHRISTMAS.

 

EL SABIO Y EL AMOR

Un sabio quería averiguar qué cosa extraña era el amor, pues le habían encargado su definición para una enciclopedia. A tal fin se despidió del ama de llaves, abandonó su biblioteca y recorrió el mundo. Siempre que le preguntaban contestaba con sinceridad: «Busco el amor», lo cual provocaba carcajadas porque el sabio no era muy agraciado. Por más que lo intentó, no halló un ejemplo de verdadero amor. Si llegaba a sus oídos que una pareja joven se amaba, acudía raudo a examinarlos de cerca, lo cual le ocasionó no pocos contratiempos. Pero tras una evaluación minuciosa, siempre dictaminaba que allí entraban en juego las hormonas, el deseo y la lujuria, y nada más. Donde todos veían el amor de unos padres por sus hijos, el sabio, tras profundo análisis, sólo veía el impulso de la vida por perpetuarse y un patético intento por asegurarse cuidados en la vejez. Cuando observaba a una pareja de ancianos que llevaban mucho tiempo juntos, el sabio sólo veía los lazos de la rutina, el cansancio de una larga vida y la incapacidad para buscarse otro compañero. Hastiado tras incontables años de búsqueda infructuosa, regresó derrotado a su biblioteca. El ama de llaves, envejecida al igual que él, se alegró mucho de verlo y le dijo que temía que le hubiera ocurrido una desgracia. El sabio, malinterpretando su interés, profirió palabras terribles, vomitando sobre ella toda la amargura por su fracaso: «No tenías que preocuparte de nada, a mi partida dejé resuelta tu manuntención y tu alojamiento en esta casa». La mujer,  conteniendo las lágrimas, le llamó viejo estúpido, y le dijo que no reconocería el amor aunque lo tuviera delante de sus narices. Luego recogió sus cosas y se marchó, dejando al sabio sumido en profundas cavilaciones. De lo que ocurrió a continuación no se sabe mucho, aunque es conocido que el sabio no volvió a trabajar para ninguna enciclopedia, si es que eso puede darnos alguna pista.

FIN

LA CITA

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Un pequeño homenaje en el día mundial de las bibliotecas.

Anoche soñé que volvía a la biblioteca; otra vez. Se adueñó de mí la urgencia de una cita ineludible. A las doce en “escritores extranjeros”, ante la “R” de Rudyard Kipling. Sombras ajenas conocidas espiaban mis pasos; ¿a quién le sorprenden las sombras en un sueño? El bibliotecario murmura admoniciones. Me entretengo en la sección de “Fantasía y ciencia ficción”, como tantas veces. Ni el motor del sueño me libera de esa rutina. Debo continuar. La impaciencia innegociable de los sueños me atenaza. He llegado. Suenan las campanadas. Ella no ha venido. Otra vez. La angustia me inunda como un fuego impío. ¿Y si no era aquí? ¿Si no era la hora? Recorro con los dedos los lomos de los libros. De pronto me desborda una carcajada hasta ahora contenida. ¿“R” de “Kipling”? ¿Acaso el sueño es un error? ¿O peor, una broma?
Anoche soñé que me despertaba en la biblioteca. Oigo las campanadas. Ella se acerca; sé que nunca se reunirá conmigo. Creo comprender. La cita es en tantas letras. No caben certezas. Sólo entretener la espera.

Hoy iré a la biblioteca.